Teorías de la Evolución - ¿Cuál Cree Usted?
Cuando se trata de teorías de la evolución, Richard Dawkins no escatima palabras: "Es completamente seguro decir que si usted encuentra a alguien que afirma no creer en la evolución, esa persona es ignorante, estúpida o loca (o malvada, pero yo preferiría no considerar eso)."
A medida que crece la agitación secular por miedo de que paleo-políticos y educadores contrabandeen la religión en los salones de clase, la creencia en las teorías de la evolución se ha convertido en una prueba decisiva para separar a los 'salto atrás' anti-ciencia de la gente culta.
En el 2007, diez candidatos republicanos nominados a la presidencia fueron puestos a prueba cuando un mediador del debate hizo la pregunta "capciosa:" ¿Quién cree en la evolución? Aunque la mayoría de los aspirantes respondieron afirmativamente, sus respuestas no revelaron nada acerca de sus verdaderas opiniones sobre la evolución o los programas de estudio públicos. Esto se debe a que la "evolución" conlleva significados múltiples que abarcan una gama de teorías del origen de vida.
Teorías de la Evolución – Más que una Hipótesis
Lo que una persona cree acerca de las teorías de la evolución depende del significado que ella asocie con el término evolución. La mayoría de las personas, incluyendo a creyentes religiosos, aceptan alguna forma de la teoría.
Considere al anterior Papa Juan Pablo II: En 1996, en un discurso a la Academia Pontificia de Ciencias, Juan Pablo llamó a la evolución "más que una hipótesis." Como era de esperarse, la declaración del Papa produjo el elogio instantáneo del establecimiento darwiniano. Pero ¿había respaldado a Darwin la figura religiosa más prominente del mundo, sugiriendo que el materialismo de "supervivencia del más apto" y el cristianismo ortodoxo eran compañeros propicios?
Según el catecismo de la Iglesia Católica (la edición que JPII aprobó después de su "respaldo") "Dios creó el mundo de acuerdo a Su sabiduría. No es producto de alguna necesidad, ni tampoco de un ciego destino o casualidad."
Pero, ya que la casualidad no dirigida, no planeada, es el principio principal de la evolución darwiniana, el fallecido pontífice no le estaba poniendo el sello papal a la teoría evolutiva moderna. Más bien, como observó en una declaración previa: "[la doctrina de la creación] es radicalmente opuesta a las teorías de la filosofía materialista."
Entonces ¿qué debemos pensar de su declaración de 1996?
Aunque Juan Pablo, como el moderador del debate, nunca clarificó lo que quiso decir con evolución, indicó: “. . . en lugar de la teoría de la evolución, debemos hablar de varias teorías de la evolución. Por una parte, esta pluralidad tiene que ver con las diferentes explicaciones propuestas para el mecanismo de la evolución, y por otra parte, con las variadas filosofías en las que está basada."
Esas "variadas" teorías de la evolución cubren un espectro muy amplio.
Teorías de la Evolución – El Espectro de la Teoría.
En un extremo del espectro de las teorías de la evolución está la "macro-evolución" —el mecanismo no-inteligente y no-teleológico de variación aleatoria, adaptación, y selección natural, por el cual surgen gradualmente nuevos y cada vez más complejos organismos a partir una antigua forma de vida simple—la cual se apega a la teoría de la evolución darwiniana.
En el extremo opuesto está la "micro-evolución"—el proceso incorporado de variación genética y herencia que le permite a las especies adaptarse, dentro de limitaciones predefinidas, a presiones ambientales cambiantes. La micro-evolución explica, por ejemplo, por qué hay perros de todos los tamaños, formas, colores, y habilidades, pero aún así, son siempre distinguibles de otras formas de vida por su singular banco genético. Incluso tras miles de años de intervención inteligente (cría de perros), los perros siempre han continuado siendo perros, con las mejoras de raza más que contrarrestadas por el aumento de la susceptibilidad a las enfermedades y una longevidad acortada que ha tendido a hacerlos, desde un punto de vista darwiniano, no más, sino menos "aptos". La larga historia de la cría de animales sugiere decididamente un punto terminal del progreso evolutivo, delimitado por limitaciones genéticas intrínsecas.
El extremo del continuo de la evolución hacia el que se inclina una persona, será determinado por sus presuposiciones filosóficas. Para aquellos comprometidos con la causalidad no inteligente, la "evolución" significará por siempre el mecanismo material no dirigido de la macro-evolución comenzando desde el caldo pre-biótico de sustancias químicas. Para aquellos comprometidos con la propagación "según su especie" bíblica, sólo los cambios en pequeña escala de la micro-evolución son admitidos. Aún así, otros adoptan un término medio: La "evolución teísta," mediante la cual se logra la macro-evolución con un poco de ayuda divina.
Teorías de la Evolución – Evolución Teísta
Una de las teorías de evolución es la evolución teísta, en la que la complejidad y la diversidad de la vida no son ni el resultado de un acto creador único, ni de un proceso inconsciente y natural; sino de pequeños cambios graduales acumulados con el tiempo, que son dirigidos, o comenzados, por Dios.
Hace más de 50 años, el Papa Pío XII le dio una aprobación a esta teoría híbrida cuando, en Humani Generis,reconoció que aunque la dádiva del alma proviene directa e instantáneamente de Dios, el cuerpo humano quizás provenga de "materia viva pre-existente."
Las conclusiones de la evolución teísta gustan a dos tipos de personas: los que desean una manera intelectualmente satisfactoria de reconciliar sus creencias religiosas con las afirmaciones de la ciencia, y los que quieren exonerar al Creador de la existencia de mal, haciéndolo un Dios que, después de su trabajo creador, se ha tomado unas muy merecidas vacaciones.
En esta teoría, Dios opera en una de dos maneras: Como un Reparador cósmico que creó el universo físico y las leyes que lo gobiernan (incluyendo la evolución), permitiendo después que la naturaleza siguiera su curso, con pequeños ajustes aquí y allá; o, como un Creador no intervencionista que se retiró de su obra para darle la libertad de encontrar su propio camino, un camino con el cual no quiere o no puede interferir.
Estas novedades teológicas están cargadas de su propio conjunto de problemas, aparte de los que se supone deben resolver.
Teorías de la Evolución – Haciendo las Paces
Aquellos que corren a la evolución teísta con esperanzas de hacer las paces con las teorías de la evolución de la ciencia, encontrarán los términos del tratado tentativos, en el mejor de los casos. Recuerde que la ciencia del momento consideró una vez que los objetos pesados caían más rápido que los ligeros, que el sol giraba alrededor de la tierra, y que los sangrados eran curativos. Por otro lado, mucho antes de que cualquier científico descubriera la forma de la tierra, un profeta reveló "Él está sentado sobre el círculo de la tierra . . .” (Isaías 40:22, énfasis añadido). Aunque la Biblia no es un libro de texto científico, antiguos pensadores acertaron cuando consideraron a la ciencia la sierva de la teología.
Aquellos a los que les atrae la idea del Reparador cósmico le niegan a Dios el poder o la voluntad de hacer bien la creación desde el principio, pero confían que él la dirige, seguramente, continuamente—posiblemente mediante acciones ocultas en el mundo cuántico. Pero, si Dios carecía de la inclinación o de la capacidad de diseñar la creación desde el principio, ¿por qué debemos esperar que eso cambie con tiempo?
Porque—como algunos partidarios alegan—Dios Mismo evoluciona junto con el universo que creó.
En un proceso divino de ensayo y error, Dios prueba lo que funciona y lo que no funciona, adaptando Sus técnicas como corresponda. A medida que dirige el orden creado hacia una creciente perfección, Dios Mismo madura y evoluciona a una deidad más capaz.
Por supuesto, esto es una total tautología; ya que no existe motivo para creer que Dios podría o querría mejorar las cosas, a menos que sea el ser Omnipotente que declaró: "Yo, el SEÑOR, no cambio" y "Yo hago nuevas todas las cosas."
Teorías de la Evolución – ¿Redentoras de Dios?
Aquellos que prefieren a un Creador "no intervencionista" no les va mejor. Para absolver a Dios de culpa por el mal optan por una deidad no-intervencionista, con la esperanza de que los problemas del mundo puedan ser achacados a un proceso inconsciente, en lugar de a un mal diseño. Es una defensa noble pero ineficaz. Si el mal es el resultado de un mal diseño o de un proceso diseñado, Dios, como Diseñador, continúa siendo culpable.
Olvidada, o ignorada, está la antigua historia de Aquel que creó en la expansión a un pequeño planeta azul, lleno de flora y fauna en esplendor multicolor. Su logro supremo fue una pareja especial, estampada a su imagen, colocada en un ambiente prístino, y dotada de todos los recursos necesarios para el éxito. Pero un momento de prueba terminó en fracaso, y con éste, la introducción de una fuerza corruptora comenzó el imparable descenso de la morbosidad y la mortalidad.
Contrariamente a nuestras fantasías modernas, el mal no es un artefacto de mala artesanía, ni de malos genes buscando avanzar egoístamente en una sabana, sino de malas decisiones. Lo que significa que la culpabilidad por la historia de miserias de este mundo torcido por el pecado, recae directamente en nosotros.
Francamente, esto no le cae bien a la gente que ha llegado a creer que "amor es no tener que decir que estás pecando." O a nuestro científico evolucionista, Steven Pinker, quien, después de considerar a las avispas, los virus, la distrofia muscular, y cosas por el estilo, dijo sarcásticamente: "Si un diseñador inteligente viviera en la Tierra, la gente arrojaría piedras a sus ventanas."
Bien, Dr. Pinker, él vivió en la tierra, y se lo hicieron, y le hicieron mucho más—todo porque nosotros, no Él, necesitábamos a un Salvador. A aquellos que ven a Darwin como el redentor de Dios se les revirtió completamente su propio argumento.
Teorías de la Evolución – La Exégesis
Al examinar las teorías de la evolución a la luz del primer libro de la Biblia, haríamos bien en preguntarnos: "¿Qué está tratando de decirme Dios aquí?" ¿Está tratando de darme una explicación científica acerca de cómo y cuándo fue formado el universo? ¿O está comunicando la verdad de que "todo lo que existe" existe porque Él lo ordenó, ex nihilo (de la nada)?
La respuesta a ambas preguntas podría ser "sí", pero ciertamente es "sí" para la última.
La gran idea principal del Génesis es que las magníficas obras de la creación no son producto de algún proceso progresivo, glacial, de la naturaleza y de la necesidad, sino de una abrupta efusión de intención y poder divinos. Es un repetido patrón. A través de todas las Escrituras, las obras creadoras, sanadoras, y milagrosas de Dios suceden repentinamente y completamente, no en cuotas parciales durante periodos geológicos. Con una orden, un toque, una palabra, es dado a luz el universo, es formado el hombre, es abierto un mar, el ciego ve, el sordo oye, es curado el enfermo, y es levantado un Salvador.
Al mismo tiempo, la creación no es una colección de formas de vida homogéneas e inflexibles. Cada especie es un mosaico majestuoso de formas, colores, tamaños y características, con capacidad de adaptarse a cambiantes desafíos ambientales dentro de las limitaciones "según su especie."
De manera que la próxima vez que alguien le haga la pregunta "capciosa" acerca de las teorías de la evolución, pregúnteles si se refieren a la macro-evolución, a la micro-evolución, o a la evolución teísta.
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